Santo Domingo.- La rendición de cuentas del presidente Luis Abinader, correspondiente al segundo año de su mandato, no solo fue un momento clave para la gestión del gobierno, sino que también sirvió como escenario para mostrar la fuerza política de varios miembros del Partido Revolucionario Moderno (PRM), quienes dejaron entrever sus aspiraciones presidenciales.
A pesar de que las elecciones internas están a más de dos años de distancia, algunos de los llamados presidenciables ya han comenzado a hacer actos de presencia con demostraciones de apoyo dentro de su partido.
El evento comenzó con la entrada de la alcaldesa del Distrito Nacional, Carolina Mejía, quien estuvo acompañada de más de una decena de diputados, lo que destacó como una clara señal de su respaldo dentro de la organización política.
Poco después, el director del Instituto Nacional de Aguas Potables, Wellington Arnaud, llegó con un grupo igualmente nutrido de legisladores, evidenciando que también cuenta con una base sólida de apoyo dentro del oficialismo.
En el mismo contexto, el director de Aduanas, Eduardo Sanz Lovatón, conocido como Yayo, también mostró el respaldo de un grupo de diputados que lo acompañaron, dejando claro que sus aspiraciones no pasan desapercibidas.
Por su parte, el ministro de Turismo, David Collado, quien había permanecido al margen durante la rendición de cuentas, salió al final del evento rodeado por un importante número de legisladores, lo que podría interpretarse como una demostración de poder político.
Aunque todos los involucrados aseguran que no es el momento de hablar de aspiraciones presidenciales, los gestos de fuerza política no pasaron desapercibidos, sugiriendo que la competencia interna dentro del PRM ya ha comenzado. La sucesión presidencial parece estar más cerca que nunca, y las señales de poder en el partido oficialista evidencian que el debate sobre la sucesión de Abinader ya se respira en los pasillos del poder.
