Hanan Balkhy, directora regional de la OMS para el Mediterráneo Oriental. (Fuente externa)
EL CAIRO.- Unos 246 centros sanitarios en Siria podrían cerrar debido a la falta de fondos de la Oficina regional de la Organización Mundial de la Salud (OMS), advirtió este martes en rueda de prensa su representante en Siria, Christina Bethke.
Más de 200 centros sanitarios del país árabe afrontarían esa situación «en un momento crítico» en el que «el 65 % de la población necesita asistencia médica de emergencia y el 70 % del personal sanitario ha abandonado el país», añadió la directora regional de la OMS para el Mediterráneo Oriental, Hanan Balkhy.
En este sentido, matizó que en la actualidad en Siria «menos de la mitad de los hospitales siguen funcionando», y lamentó que en este contexto la OMS enfrentase «un déficit de financiación superior al 80 %».
La OMS enfrenta una grave crisis de financiación y ha recortado un 25 % su programa de atención a crisis globales debido, en parte, a la decisión de Donald Trump, presidente de Estados Unidos, de abandonar la organización en enero (en 2020 lo hizo por primera vez).
«Esta crisis refleja un problema más amplio en la región, donde la desconexión entre las necesidades urgentes y los niveles (insuficientes) de apoyo amenazan con generar un sufrimiento aún mayor», criticó Balkhy.
La directora hizo un llamamiento a ampliar «la base de donantes» para que esta sea más «amplia y equilibrada» con el fin de que «más países den un paso al frente para ayudar a proteger a los más vulnerables del mundo y ofrecer seguridad sanitaria mundial».
En concreto, durante la rueda de prensa se hizo especial énfasis en las situaciones humanitarias en Siria y Gaza, también con escuetas menciones a Sudán y Yemen.
Respecto Siria, Bethke explicó que «la propagación del cólera (en el país) está siendo impulsada por el agua contaminada, el hacinamiento y un sistema de salud tenso», una situación que se agrava ya que muchas comunidades se ven obligadas a «usar fuentes de agua no potables».
«Estamos trabajando con los socios en el control de la calidad del agua para identificar la contaminación, campañas de concienciación sanitaria, esfuerzos de preparación para el cólera, vigilancia de la enfermedad y respuesta rápida», detalló sobre la respuesta de la organización a esta crisis.
Trabajar más con menos recursos
«Se nos pide que hagamos más con menos cuando la salud mundial está cada vez más amenazada, especialmente en el Mediterráneo oriental», lamentó Balkhy.
En Sudán, «20 millones de personas necesitan asistencia sanitaria urgente y unos 25 millones sufrirán inseguridad alimentaria aguda de aquí a junio de este año», pese a estas cifras, la respuesta de la organización «solo está financiada en un 5,6 %».
Afganistán podría también sufrir el cierre del «80% de los servicios sanitarios esenciales apoyados por la OMS para junio de este año»; como consecuencia podrían retroceder «los logros alcanzados durante décadas en la lucha contra la poliomielitis».
Por otro lado, la situación en Gaza es «extremadamente preocupante», ya que «20 de los 36 hospitales funcionan parcialmente y siempre hay escasez de suministros esenciales», explicó el representante de los territorios palestinos ocupados, Richard Peeperkorn.
«Si hoy se suprimiera la OMS, mañana habría que volver a crearla», aseveró Balkhy ya que «es un pilar indispensable de la arquitectura sanitaria mundial, así como su principal convocador y coordinador».